La cataplasma se prepara machacando
la parte de la planta que contiene las propiedades curativas que se pretende
usar, se calienta y se aplica directamente sobre el área afectada que se quiere
tratar.
Para preparar el emplasto se mezcla
la parte de la planta a utilizar con una harina, logrando una pasta que se
aplica sobre el área afectada, al igual que la cataplasma.
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