Los jarabes se preparan extrayendo
con agua los componentes activos o medicinales de la planta y disolviendo luego
en esta una gran cantidad de azúcar o miel como preservante. Puede prepararse a
partir de extractos hidroalcohólicos, conservarse por períodos largos y se le
suele dar un sabor agradable para facilitar su administración a los niños. La
preparación se inicia en forma semejante a la infusión, pero se deja reposar
algunas horas y luego se filtra el líquido, se agrega el azúcar o la miel, se
diluye y se lleva a hervír algunos minutos para coagular las sustancias
albuminosas, luego se cuela y se guarda en botella o frasco de color ámbar, se
etiqueta y se guarda (hasta 30 días) en lugar limpio y protegido del calor y de
la luz.
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